martes, abril 24, 2007

Lo siento

Dices que estás orgullosa de mí, pero no es cierto.
Yo sé que esperabas lo mejor de mí, de tu única hija. La estudiante aplicada de aquellos años de escuela, a la que presumías diciendo "que alguna vez te sacaría de pobre"
Éramos las mejores amigas entonces. Creo que en nadie confiaba más que en tí, y soñaba que cuando fuera grande, podría darte la vida que tu querías, que tu te merecías. La vida que tanto deseabas.
Pero los años pasaron...Y tu hija querida que te sacaría de pobre, es el fracaso de tu vida. Más bien es como una tú con carrera universitaria, y peor aun.: Depresiva, derrotista y adicta a enamorarse de quien le prodiga un poco de atención o de cariño aun cuando sabe que esas relaciones no tienen futuro alguno.
Además le falta tu hacendosidad, tu tesón no tanto porque últimamente también has flojeado porque dices que ya has trabajado demasiado y que tu estás para que te mantengan aun cuando sabes que las condiciones no están para eso.
Entre nosotras se ha levantado un muro de indiferencia que duele: No me entiendes, no entiendes que quiera una mejor vida lejos, que esta atmósfera está contaminada y que nos estamos matando los unos a los otros con el veneno del rencor. Te ciegas a la realidad, me evades con gritos, con reclamos, poniendote los audifonos para escuchar tu música o me haces sentir mal porque no soy como mis primas abogadas que se pudren en dinero y "si están explotando su carrera"...
Y sé que no he sido mejor yo. Todo lo arreglo llorando o gritando., Me desespero porque siento que no me escuchas, que tu modo de quererme no es lo mejor o que peor aun, mientras mas me alejo de tus estándares menos me aprecias. Ante tus ojos soy un fracaso, sobre todo porque te importa mucho el que dirán de esos vecinos tan fijados en el estatus, en el carro del año y en la casa bonita como símbolo de superación personal...
Porque cada día parece más lejano el día en que podamos tener todo eso.
Ya nada es lo mismo. Cada día nos entendemos menos, y aunque sabes cuanto te quiero y sé que tu tb me quieres, ya no somos las mismas. Nuestra peor parte nos gana cada vez más, y a mi no sabes cuanto me frustra como diría aquella canción "No ser la hija que querías"
Y aunque no lo sepas, hoy te dedico esta canción...
Mamá, he soñado que llamabas a mi puerta
un poco tensa y con la gafas empañadas,
querías verme bien y fue la vez primera,
sentía que sabías como te añoraba.
Y me abrazaste mientras te maravillabas
de que aguantara triste y casi sin aliento,
hace ya tanto que no estamos abrazadas
y en el silencio me dijiste...¡lo siento!.
Pero ha bastado un ruido para despertarme,
para llorar y para hacer que regresara
a aquellos días que de niña me cuidabas
donde en verano cielo y playa se juntaban.
Mientras con mi muñeca vieja te escuchaba
los cuentos que tú cada noche me contabas
y cuando más pequeña tú me acurrucabas
y adormecida en tu regazo yo soñaba.
Pero a los dieciséis sentí como cambiaba,
y como soy realmente ahora me veía,
y me sentí tan sola y tan desesperada
porque yo no era ya la hija que quería.
Y fue el final así de nuestra confianzade
las pequeñas charlas que ayudaban
tanto,yo me escondí tras una gélida impaciencia,
y tú deseaste el hijo que se te ha negado.
Y me pasaba el día sin volver a casa,
no soportaba tus sermones para nada,
y comencé a volverme yo también celosa,
porque eras casi inalcanzable, tan hermosa.
Y abandoné mi sueño a falta de equipaje,
mi corazón al mar tiré en una vasija,
perdí hasta la memoria por falta de coraje,
porque me avergonzaba tanto ser tu hija.
No, no, no, no, no.
Mas no llamaste tú a mi puerta,inútilmente tuve un sueño
que nopuede realizarse,mi pensamiento está tan lleno del presenteque
mi orgullo no me deja perdonarme.
Mas si llamases a mi puerta en otro sueño,
no lograría pronunciar una palabra,me mirarías con tu gesto
tan severoy yo me sentiría cada vez mas sola.
Por eso estoy en esta carta tan confusa,
para encontrar algo de paz en lo que pienso,
no para reclamarte ni pedirte excusas,es solo para decirte, mama...¡lo siento!.
Y no es verdad que yo me sienta
avergonzada,son nuestra almas tan igual,
tan parecidas
esperaré pacientemente aquí sentada,
te quiero tanto mama...escríbeme...tu hija