domingo, mayo 30, 2010

De un viaje y nuestra historia...

Nunca olvidaré una imagen tuya. Mirando hacia el horizonte en el mar, trepado en una piedra. Te veías maravillosamente alto y guapo y se te quitaron como 10 años de encima.
Parecías niño chiquito corriendo entre las olas conmigo de la mano persiguiendo la espuma del mar. En una de esas me tiraste en la arena y te pusiste a juguetear conmigo. Siempre recordaré eso.
Esa noche después de muchas cosas, te quedaste dormido y jamás te diste cuenta pero te miré. Te miré largamente y te acaricié la cara y le pedí a Dios que si debíamos estar juntos, hiciera todo lo posible para que pasara...
Ya transcurrieron dos meses y medio de ese viaje y 7 meses desde que estamos el uno en la vida del otro. De las carreras por la playa, los paseos nocturnos, las cenas sofisticadas, el mar, las fotos, despertar en tus brazos y todo eso. Aunque me tratas más como un padre a su hija, y vives eternamente preocupado por mi, me gusta tenerte en mi vida. Me gusta mucho como eres, aunque sé, que muy probablemente nuestros caminos se separen porque nuestra vena depre no nos ayuda mucho. Somos tan compatibles y tan iguales que nunca podremos estar juntos para siempre, dirían las historias rosas. Te quiero con todo lo que tengo y todo lo que soy, pero sé muy bien que tu pasado te marcó tanto, y te resistes tanto a superarlo que muy dificilmente podré aspirar contigo a la vida que he querido siempre.
Sin embargo, mientras esto dure, seguiré soñando entre tus brazos y perdiendome en el mar inacabable de todos los besos y abrazos que me das.